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Los casos de suicidio adolescente siguen en aumento, ¿Qué podemos hacer desde casa?

Cuando una persona se expresa con semejante mensaje perturbador, no sólo queda en la particularidad del mismo o su entorno más cercano, también nos habla a todos como comunidad, como familias, como instituciones. Y por qué no, como cultura.

Qué podemos hacer ante esta problemática que sigue creciendo y nos atraviesa a todos. Se exacerbó con la pandemia, sí. Pero ya se viene gestando hace tiempo y quizá esto sólo empeoró lo que ya estaba latente.

Cada 40 segundos alguien muere por esta causa que sí se puede prevenir. Más de 800.000 personas al año.

Este evento complejo de la vida humana generalmente nos genera tal rechazo que de alguna manera tendemos a, tal vez inconscientemente, huir para no chocarnos con el dolor. Estoy segura de que, en el fondo, cuando pensamos en una persona que se suicida, empatizamos. Sentimos en nuestras propias tripas ese dolor atroz y profundo que debía sentir para cometer esa violencia hacia sí mismo. ¿Qué podría haber estado pasando que no lo pudo soportar? Y, con suerte, conectamos con nuestros miedos. ¿Quién no atravesó un momento tan doloroso que sintió perder la esperanza ante la vida? Aunque ese momento haya sido fugaz.

La diferencia en cómo gestionamos esta emoción es clave, y también la red de apoyo.

La falta de concientización sigue siendo uno de los principales obstáculos para la búsqueda de ayuda. Hoy te acerco algo de información y la propuesta de generar lazos comunitarios, red y corresponsabilidad. Es importante reconocer el aporte que cada uno de nosotros podemos hacer desde nuestro lugar para ser una comunidad que sostiene, acompaña y cuida. La problemática del suicidio no es sólo un problema médico-sanitario. Requiere repensarnos, colaborar, participar, consensuar y construir la cultura en la que queremos vivir y en la que queremos que se desarrollen nuestros adolescentes, quienes están en plena etapa de cambios y construcción de su identidad y proyecto de vida.

En el imaginario social el suicidio tiende a ser pensado como un acto individual, no obstante, la OMS afirma que “ningún factor es suficiente para explicar por qué se suicida una persona; el comportamiento suicida es un fenómeno complejo que se ve afectado por varios factores interrelacionados: personales, sociales, psicológicos, culturales, biológicos y ambientales.” (OMS, 2014:11) “En este sentido, si bien los padecimientos mentales suelen ser uno de los factores considerados, es importante insistir en la idea de que la violencia autoinfligida no responde linealmente a una única causa: La asociación socialmente naturalizada entre padecimientos mentales severos y suicidio tiende a invisibilizar la relación dinámica entre el contexto social y esta problemática.” (Abordaje integral del suicidio en las adolescencias).

Algunos aportes que brinda el Ministerio de Salud:

  • La persona que se suicida no desea morir. La persona que tiene ideas suicidas está transitando una situación de ambivalencia en su vida, es decir, desearía morir si su vida continúa de la misma manera, pero desearía vivir si se produjeran cambios significativos en ella.
  • El suicidio o intento de suicidio puede ocurrir durante un proceso depresivo o no.
    Los comportamientos suicidas se han asociado con depresión, abuso de sustancias, esquizofrenia y otros padecimientos mentales, además de comportamientos destructivos y agresivos. Sin embargo, esta asociación no se debe sobrestimar. No hay una relación directa entre el sufrimiento que padece quien desea terminar con su vida y los padecimientos o enfermedades mentales.
  • Hablar con una persona sobre sus intenciones de matarse no incrementa la posibilidad de cometer suicidio. Dialogar sobre el tema reduce la posibilidad de cometerlo y puede ser una oportunidad para ayudar a quien está padeciendo.
  • Se cree que el que dice o amenaza con quitarse la vida, no lo hace, sin embargo, la mayoría de las personas que se suicidan, hicieron saber el propósito de acabar con su vida.
    Toda persona antes de cometer un intento de suicidio evidencia una serie de señales que de ser detectada a tiempo puede ayudar a evitarlo. El suicidio no ocurre sólo por impulso.

Cómo prevenirlo

  • Reconociendo los signos de alerta
    • Aislamiento
    • Persistencia de ideas negativas
    • Dificultad para comer, dormir y trabajar
    • Desesperanza
    • Llanto inconsolable
    • Repentino cambio de conducta
  • Mostrando interés y apoyo
  • Respetando las diferentes expresiones de sentimientos
  • Eliminando prejuicios. El suicidio no es ni bueno ni malo, tampoco un hecho delictivo, es una situación de sufrimiento

Qué podemos hacer desde casa, desde la escuela, desde cada espacio, motivando a las personas:

  • Para que hablen sobre cómo se sienten
  • Para que tengan amistades saludables
  • Para que tomen decisiones de manera autónoma
  • Para que aprendan a manejar situaciones de estrés y dificultad
  • Para que aprendan a perseverar cuando la ocasión lo requiera y a renunciar cuando sea necesario
  • Para que tengan buena autoestima
  • Para que desarrollen habilidades e inteligencia emocional para resolver problemas

El desarrollo de habilidades sociales, trabajar en reforzar la buena autoestima y el desarrollo personal previene el suicidio.

Tené en cuenta que

  • Estar atentos es la forma de acompañar
  • El diálogo no es un interrogatorio, sino compartir un momento
  • Si la persona no accede a realizar un tratamiento no hay que obligarla. Seguir acompañando y dialogando, mientras uno mismo realiza una consulta con un profesional

¡Deseamos haber despertado las ganas de involucrarte con esta causa o, si ya lo estás haciendo, haber reforzado ese compromiso!

Sabemos lo fundamental del rol activo comunitario, ya que, entre otras causas que engloban la multicausalidad del suicidio, se encuentra la ausencia de personas significativas o espacios que puedan contener, sostener, proteger y acompañar a los adolescentes en su desarrollo. Esa persona significativa no necesariamente es alguien de la familia o de su entorno más cercano, la propuesta es a que estés atento a ser ese referente positivo de alguien más que tal vez, sin que te des cuenta, está listo para observarte y apoyarse en vos cuando lo necesite.

Promové la creación de vínculos, los espacios de escucha, de diálogo, de compartir y, sobre todo, de Humanidad. Todos estamos en el mismo barco.

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